octubre 09, 2006

La murga transparente

Un click y ahí nomás desaparecen. Es el corte de un blog. Lo estás mirando, lo estás leyendo y como quien no quiere la cosa, después de haber robado unas palabras de ese alguien que quien sabe donde está y donde vive, desaparece con el solo pulsar con la flechita en la cruz. Adiós momento, adiós soplo de amistad pasajera sin rostro y cargada de cosas por hacer y decir... Qué siniestro ¿cierto? Otro fleco en la soledad y las desilusiones cotidianas de este gran mundo de las comunicaciones incomunicadas. Estar con alguien y no estar sino solo por error en sus pensamientos y en sus ansias o anomalías. Verles desde una óptica de pantalla, sin aromas ni sentidos más drásticos que el observar, ser el voyeur de cualquiera; de quien sea; de cualquier día y cualquier hora y sin sentido; de cuando inquietos paseamos internet hallando casualmente a alguien practicando el solo afán de husmear en sus ideas, sus vidas o pensamientos sin preocuparnos si tiene fiebre, si es feliz o viste mal... Somos parte de la gran murga y eso es lo que no está uniendo en estos días hilvanando la tremenda desunión de nuestros días, donde nos suponemos "en contacto" con los demás... globalización, que le dicen ¡Jhá!

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