octubre 26, 2006

Se despide un genio...

Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático; que es cada vez más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos, y gracias a Internet está siendo difundida. Este corto texto escrito por uno de los Latinoamericanos más brillantes de los últimos tiempos merece la lectura de unos minutos a la eternidad.

"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera"
"Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo"
"Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan"
"Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen"
"Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma"
"A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que ¡envejecen cuando dejan de enamorarse!"
"A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar"
"A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido"

"Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada"
"He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre"
"He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse"
"Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo"
"Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas"
"Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma"
"Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes"
"Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré"
"El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.
Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.
Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo."
"Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces"
"Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.
Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.
Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan" .

Si lo deseas, envía esto a quienes quieras…
Si no lo haces hoy, mañana no será peor que ayer.
Y si no lo haces nunca, tampoco importará demasiado.


(Gracias a un correo-e de mi amigo de la juventud, el Dr. Daniel Furst, de Santa Rosa, La Pampa)

octubre 24, 2006

Observaciones...

Tras el almuerzo, que consistió en carne asada, huevos y papas fritas, algunas remolachas y zanahorias hervidas rociadas con aceite de oliva y pimienta, comentó que nos liberaba de su presencia; él caminaría de regreso y se tomaría una copa antes de ingresar a Niza, como para recuperar las fuerzas. Anna me tomó del brazo y mirándome sugestiva me dio a entender de seguirlo. Así lo hicimos tras la consulta, asegurándonos de no importunarlo.
— ¿Por qué habrían de incomodarme? Me siento bien solo o acompañado; la vida se hizo para eso… Camino porque me gusta el paisaje humano de esta zona del mundo. Pocas personas aprecian el baluarte sentimental del sur de Francia. Todo esto —ilustró haciendo un arco con el brazo sobre el panorama— desde Marsella hasta Milán y desde el Mediterráneo hasta Berna, es un mundo aparte del universo cotidiano, que pareciera estar, créanmelo, clavado en mis emociones. No se qué es. Tal vez viví gratos momentos en esta zona en alguna vida previa, si eso es cierto —sonrió astuto—, y es por eso que me atrapa; los ambientes, los recodos, los pájaros ¡hay aves voladoras en todo el mundo que recorro, pero estos son mis pájaros!, pocos en verdad, pero míos; me es inevitable embelesarme con este paisaje de casitas tan ensoñadas y las vistas tan satisfactorias; me inflama el ego, no puedo explicarlo. La soledad del paisaje humano me hechiza. De vez en cuando descubro alguna muchacha mágica que aparece a la distancia —señala con un dedo a un lugar impreciso— entre los arbustos y vuelve a desaparecer como si las imágenes por sabrosas, jugaran con mis ambiciones de observador. Hay encantamiento —acentuó mirándonos a los ojos—. He tomado fotos de estos lugares —comentó— pero lo que sirve, créanmelo, es lo que se ve transitando el paisaje —se señala los ojos—. Las fotos captan un poquito, apenas. Las pinturas en cambio logran algo —quedó pensativo unos segundos—, sí, tienen algo más que las fotos —se excitó—, pues hay sentimientos volcados tras cada pincelada… pero la naturaleza es superior. Miren esa nube —señaló al cielo— y díganme, ¿no es mejor artista Dios que todos nosotros? ¡Ese barbudo eterno sabe muy bien cuanto lo envidio! —rió mirando al cielo—, y en su nombre y en su Gran Arte dicho así, con mayúsculas, hemos de tomar un kirsh al recodo de la avenida… Es lo que hace bien, estamos cerca, ya verán, es necesario y refrescante, porque nuestro Dios, el de cada uno de nosotros —esgrimió el índice jugueteando entre nosotros— nos acompaña en el festejo de la vida.
Anna lo asió también del brazo y los tres entrelazados, descendimos hacia Pessicart por Chemin des Sablières…

(Fragmento de Quince Días, inédito de L. J. Gurmandí)

octubre 20, 2006

Vernissages...

— Soy tan simple que me desvanezco en lo común; no tengo patrocinio o subsidios de ningún tipo sino de mi trabajo; tampoco soy joven ni lenguaraz, alcahuete o pandillero. No he matado sino algunas hormigas que me comían las plantas. Se que la belleza es fugaz y no hay pilling que modifique lo que la vida es. No atraigo a nadie si no he sacrificado un buen pedazo de mi cuerpo en el quirófano de algún cirujano estético, uno de esos muy caros de los que reproducen la misma imagen en todos sus pacientes; si no hice eso ¿de qué sirvo?. Solo he matado hormigas, jamás un ser humano; no intenté incendiar el museo de Bellas Artes ni una caja de zapatos en una plaza… tan solo pinto, es lo que hago y es de lo que vivo. No soy presa interesante para asociaciones económicas ni siquiera para un club de barrio. Ya no me dan bola ni los viejos que juegan al truco en los parques. Demás está decir entonces —miró a Magdalena, respondiéndole— por qué no hay cámaras ni entrevistas en mis exposiciones, ni demasiados interesados en lo que presente. Los medios están en otra cosa, muy lejana al arte… todos lo sabemos. Por lo tanto —se encogió de hombros—, me queda confiar en la compañía de un pequeño grupo de personas que por ánimo, estima o sutileza, son capaces de mover sus cachas hasta donde cuelgo mis trabajos, para compartir ese momento de la apertura o un buen rato en alguno de los días subsiguientes, durante la muestra, saliendo de la sala para compartir un Cynar.
Se que a los demás, ese día y a esa hora, como es habitual habrá de llegarles la tía tan querida que hace años se fue a vivir a Sydney; habrá de parir la gatita mimosa de la casa, seguramente... o serán las bodas de plutonio de los abuelos; tendrán que ayudar a la cuñada de Neuquén, haciéndole la vela al sobrino que se sacó el hombro cayéndose de la hamaca, si es que tienen sobrino; deberán viajar por asuntos de cualquier índole por todo ese tiempo de la exposición… lo que sea… modos de disimular el temor a como vestir para el evento o las dudas del comportamiento en público, a que si hay que pagar entrada; tampoco habrá como hacer dinero con alguien —miró de reojo a Gerardo—; tal vez no haya vino del bueno… ni canapés… solo sánguches ácidos. ¿Es difícil imaginar el resultado? Adoptan por evadirse de cualquier manera.
Ya ven, en algo nos parecemos: gozamos de sencillez… yo, la de producir asuntos artísticos y aquellos, la de rehuirse. Pero eso sí, luego, todo el tiempo hablan de arte y de asuntos culturales para impresionar a las guachitas lindas y hasta simulan haber leído tipos que no saben sobre qué escribieron —rió con cierta soledad, mirando a los demás a la mesa—, el que más la liga es Borges...
Por lo tanto, ya saben que no los espero. Comenzaré a solas —regalándoles una mueca incierta que culminó en los ojos de Magdalena—. ¡A la santé, salud! —expresó animoso levantando la copa.
(Fragmento del personaje Octavio en el cuento Charla en el veintidós, inédito de L. J. Gurmandí)

octubre 19, 2006

En la terraza del Boscolo...

— Las personas que se me acercan, a las que llego, merecen ser apreciadas —comentaba— porque entre millones de seres en el mundo, algo las coloca en mi camino o a mí en el de ellas. Lo llamo respeto por el hallazgo. Aún cuando tu música no me gustase o a vos tampoco mis pinturas, estamos juntos en un momento de la vida y eso es oro en polvo, que pocas personas saborean. Acontecen dos exquisiteces: estamos comunicándonos al tiempo que estamos vivos. No sucedería tal magia si nos faltase uno de esos componentes. Es lo mismo con un gato o con el paisaje. Es el momento que alimenta la vida. Pasarán los años y Anna recordará los buenos momentos de trabajo, tus arrumacos, vos los de ella, cosas que los Goutier (quienes encargaran la escultura para enriquecer el parque de la casona campestre) ni imaginan porque ellos se han quedado con la Anna que aman, la Anna que yo les hice al bronce, gracias a Anna, a tu amada Anna, la de carne y huesos. Es toda una tortilla de vínculos y eventos que debemos respetar absolutamente por la simpleza de darnos estos placeres. Esta mesa… —echa un vistazo al entorno— desde la que estamos viendo el paisaje mediterráneo, en esta magnífica terraza tan soleada, es un espacio de respeto mutuo: tuyo por venir a tomar una copa y charlar un rato conmigo y mío por compartir tus pensamientos. Es sano, es bueno, nutre, ayuda, enriquece, vale la pena. Otros dirán que es holgazanería. Está bien ¿por qué no? Los que estamos en esta parte del arte debemos ser holgazanes porque ahí reside el pensamiento. Platón no habría hecho lo suyo corriendo una maratón; Dalí no habría hecho lo suyo escalando una montaña; Picasso habría fracasado si se hubiese metido en una empresa a catorce horas diarias. Es necesario esto, lo de tomar un descanso sin límites, sintiendo correr la vida, porque somos parte de ella y es el aprendizaje a no desvanecernos, a no descartar la vida por cosas tan insípidas y abstractas como una empresa; allí se matan por algo tan abstracto como un puesto, maltratan a otros sin saber de quién dependen, son fusibles de todo y creen que están vivos corriendo a más de doscientos con sus máquinas de trescientos cuarenta caballos a seis mil revoluciones por minuto, se acuestan con la bonita del jefe y escalan a puro jugo de carne —sonríe áspero—; cosa que no nos es lejana —guiña un ojo—, al menos nosotros no lo disfrazamos de licenciatura ni profesionalismo —carcajeó—. Debemos dar vida a las buenas ideas y los mejores proyectos que sintamos aquí, en lo más hondo de los sentimientos y para eso, nada mejor que holgazanear —rió apenas, acariciándose el pecho—. No le temas a la vida, es algo muy agradable cuando se la sabe degustar —dijo ufano, palmeándole la rodilla.
(Fragmento de Quince Días, inédito de L. J. Gurmandí)

octubre 17, 2006

¡Felicidades buen amigo..!

Hoy, el invento del lápiz cumple 246 años.

octubre 09, 2006

La murga transparente

Un click y ahí nomás desaparecen. Es el corte de un blog. Lo estás mirando, lo estás leyendo y como quien no quiere la cosa, después de haber robado unas palabras de ese alguien que quien sabe donde está y donde vive, desaparece con el solo pulsar con la flechita en la cruz. Adiós momento, adiós soplo de amistad pasajera sin rostro y cargada de cosas por hacer y decir... Qué siniestro ¿cierto? Otro fleco en la soledad y las desilusiones cotidianas de este gran mundo de las comunicaciones incomunicadas. Estar con alguien y no estar sino solo por error en sus pensamientos y en sus ansias o anomalías. Verles desde una óptica de pantalla, sin aromas ni sentidos más drásticos que el observar, ser el voyeur de cualquiera; de quien sea; de cualquier día y cualquier hora y sin sentido; de cuando inquietos paseamos internet hallando casualmente a alguien practicando el solo afán de husmear en sus ideas, sus vidas o pensamientos sin preocuparnos si tiene fiebre, si es feliz o viste mal... Somos parte de la gran murga y eso es lo que no está uniendo en estos días hilvanando la tremenda desunión de nuestros días, donde nos suponemos "en contacto" con los demás... globalización, que le dicen ¡Jhá!

octubre 08, 2006

Matar un ruiseñor

"Cuando nos dio nuestros rifles de aire, Atticus no nos enseño a disparar. Fue el tío Jack quien nos instruyó en sus principios, dijo que Atticus no estaba interesado en armas. Atticus le dijo a Jem un día, -Prefiero que disparen a las latas vacías en el patio trasero, pero se que ustedes van tras los pájaros. Dispara a todos los pájaros azules que quieras, si es que les puedes acertar, pero recuerda que es un pecado matar un ruiseñor-. Ese fue el único momento que escuché a Atticus decir que era un pecado hacer algo, y le pregunté a la señorita Maudie al respecto. -Tu padre tiene razón-, me dijo ella. Los ruiseñores no hacen otra cosa que crear música para que la disfrutemos. No se comen los jardines de la gente, no hacen nidos en los graneros, no hacen otra cosa que cantar su corazón para nosotros. Es por eso que es un pecado matar a un ruiseñor."
(Fragmento de Matar un ruiseñor, de Harper Lee)

octubre 07, 2006

De la creación...

"El universo existe sin necesidad de su creación, por lo que cada individuo necesita crearlo. Lo que llamamos creación es en realidad un nuevo ordenamiento, que es tachado de caótico por los pesimistras y de revolucionario por los optimistas"
(Anónimo de lectura sobre la re-creación)

Re Evolución

"Los jóvenes quieren hacer la revolución, sin haber leído antes"
(Salvador Dalí)

octubre 02, 2006

Paso filosófico

"El punto exacto en que se pone en contacto con lo ignorado, queda al otro extremo del conocimiento..."
(Anónimo de lectura)

octubre 01, 2006

Piedras y números

Pitágoras desarrolló el método de representar los números mediante agrupamientos de piedras en formas geométricas. La palabra "cálculo" significa "manejo de piedras"...
(Apunte de conocimiento)